El invierno es una estación muy especial a todos los niveles. Da comienzo con la noche más larga del año y ello no es más que un anticipo de lo que la estación nos augura.
Al igual que sucede en el resto de las especies vivas, nuestro organismo interpreta esta estación como un momento de descanso, de recogimiento y de calor de hogar.
Nos apetece estar más en casa, al calor de la estufa o chimenea. Apetecen tardes de peli y de hacer bizcochos.
En invierno, nuestro metabolismo se ralentiza.
El cabello crece más lentamente y las uñas se vuelven más quebradizas.
La piel puede sufrir alteraciones como sequedad, aparición de arañas vasculares, eczemas, rojeces y quien padece patologías como la rosácea, comienza a notar como esta se despierta.
De cara a la nueva estación, es interesante que te prepares tu cuerpo a todos los niveles.
- Tu cuerpo te pedirá descanso, así que duerme.
- Te apetecerá nutrirte con alimentos calentitos, ¿qué te parece un chocolate?
- Y las velas aromáticas con aromas especiados y dulces harán de tu casa un hogar.
En lo que a la piel se refiere, el invierno es una estación que se caracteriza por debilitar la función barrera: el frío, los cambios bruscos de temperatura, la contaminación, los ambientes cerrados.
Para repararla, lo ideal es que incorpores cosméticos que contengan aceite de argán y niacinamida.
Por otro lado, es importante cuidar la hidratación, tanto interna como tópica. En invierno apetece menos beber agua y eso la piel lo nota. Incorpora sopas o caldos calentitos que te ayuden con la hidratación y usa cosméticos que contengan ácido hialurónico de diferentes pesos moleculares.
Por último, no olvides el protector solar. Contrariamente a lo que se suele pensar, el protector solar también protege la piel en invierno, en este caso no solo de los rayos solares sino del resto de factores, principalmente del frío.
Lo que más me gusta del invierno es disfrutar de tiempo en familia. Compartir con los míos un cartuchito de castañas asadas mientras disfruto de una buena mascarilla nutritiva.
Cuéntame cual es tu ritual de invierno. Y si necesitas que te ayude a cambiar tu rutina de piel, no dudes en escribirme.
